Niñas y niños de Vista Guayaquil dicen Mi cuerpo se respeta, Mi cuerpo lo toco YO

En Venezuela organizaciones, fundaciones, colectivas, movimientos de mujeres e individualidades enfrentan serias dificultades al momento de obtener información sobre las cifras oficiales registradas por el sistema de protección del Estado ya que diversos datos de interés son restringidos al dominio público, algunos medios de comunicación adjudican la falla a una política de Estado basada en la censura, otras atribuyen la responsabilidad a la inexistencia de una base de datos donde sea vaciada la información de manera eficiente para así obtener estadísticas certeras.

Independientemente de las causas, conocer el número de víctimas de violencia de género o abuso sexual en la infancia y la adolescencia se ha tornado en silencios institucionales que más allá de permitir una sana revisión de las políticas públicas encaminadas a superar estos flagelos, encubren diversidad de fallas estructurales que evidencian el pacto patriarcal con el cual terminan favorecidos violadores, agresores y abusadores, dejando a las víctimas directas e indirectas imposibilitadas de alcanzar justicia y reparación en sus procesos judiciales.

 Algunas fundaciones en este sentido han aportado informes y estadísticas al asumir la responsabilidad de sistematizar información haciendo uso de diversas fuentes documentales (impresas, audiovisuales o electrónicas) y de datos obtenidos mediante el trabajo de acompañamiento y seguimiento de casos en la formulación de denuncias, algunas de estas organizaciones son el Centro Comunitario de Aprendizaje (CECODAP), la Red por los Derechos Humanos de los niños, niñas y adolescentes, la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (AVESA), el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), entre otras. 

El trabajo de las comunidades organizadas, especialmente de aquellas conformadas por familiares de las víctimas ha sido de gran valor, apoyándose en el uso de las redes sociales virtuales han dado a conocer de manera masiva casos en los que agresores sexuales venían cometiendo estos delitos de manera impune, un ejemplo de ello ocurrió en el año 2020 con Hernan Mendoza profesor de Natación de 61 años de edad, quién durante 20 pensó seguir gozando de la impunidad, hasta que gracias al esfuerzo de madres y padres se lograra la privativa de su libertad en mayo de ese año en la Ciudad Guayana. 

En las estadísticas levantadas por la Fundación Habla para el período mayo 2018 – mayo 2019 se destaca que el 61% de los casos de abuso sexual infantil ocurren en el hogar, 20% en casa del agresor y 7% en instituciones educativas, estas cifras reflejan que el lugar en donde las niñas, niños y adolescentes deberían sentir mayor seguridad, cuidado, amor y protección es el espacio en el cual corren mayor peligro, al mismo tiempo el silencio cómplice, la re-victimización familiar y otras variables complican la visibilización de los casos. 

 La Comae Andante y Hereje Azurduy Tovar lleva cerca de dos años trabajando en la parroquia Catia de Caracas junto a niñas, niños y adolescentes del urbanismo Vista Guayaquil; con voluntad, autogestión y colaboraciones se ha dedicado a realizar actividades culturales, recreativas, deportivas y formativas en compañía de sus vecinas, quienes organizadas en comités realizan diversas tareas que les permiten acordar de manera comunitaria algunos eventos comunes.

Los temas que han guiado este hacer han sido las nuevas masculinidades, por eso la etiqueta #MujeresCriandoHombres es su referente; otro punto importante ha sido la convivencia en espacios urbanos en los que han incluido la ecología y la agricultura urbana como punto de encuentro; el arte y el disfrute como derecho a la distracción, entre otros. Las realidades más sentidas de su comunidad son las que han convocado a esta comae a la acción, quien se ha convertido desde que empezó la cuarentena por la pandemia mundial en una maestra comunitaria y una vecina cada vez más solidaria.

 Hacer en comunidades transfronterizas es uno de los propósitos que encaminan el trabajo territorial de las Comaes Andantes, para quienes tejer redes de cuidados en las cuales tengan espacio las maternidades colectivas o comunitarias significa la oportunidad de insistir en el intento de logar una vida digna y cada vez segura para la infancia y la adolescencia. 

En medio de un panorama lleno de incertidumbres, en el que aumenta el vacío institucional, hacer con lo que está al alcance las manos es lo que llevó a diseñar el taller lúdico recreativo para el cuidado de la infancia llamado Mi Cuerpo lo toco YO, el cual tuvo como objetivo abordar el tema y facilitar herramientas útiles para enfrentar el abuso sexual y otros tipos de violencias. 

Haciendo uso del dibujo, la movilidad del cuerpo, el collage y el juego con frases en forma de canciones se propició un espacio de confianza para introducir el tema. Enseñar desde temprana edad a decir NO, enseñar a conocer el cuerpo y sobre todo a nombrar cada una de sus partes sin censuras, son algunos de los elementos más importantes y básicos que les brinda herramientas a las más pequeñas y pequeños de la casa para detectar a tiempo un intento de abuso.

 El trabajo apenas comienza, por lo que se contar con la participación de personal especializado de CECODAP sirvió de apoyo y enlace para la articulación de nuevas actividades, así como del acompañamiento en las posibles denuncias que puedan surgir en adelante. 

Mientras colectivas, movimientos y organizaciones de mujeres se concentraban o marchaban el 8 de marzo 2022 día Internacional de la Mujer Trabajadora, en Vista Guayaquil niñas, niños y adolecentes en una sola voz decían Mi cuerpo se respeta, Mi cuerpo lo toco YO 

Referencias

Fundación Habla Informe anual Cifras de Abuso Sexual Infantil y Adolescente en Venezuela mayo 2018- mayo 2019

Centro Comunitario de Aprendizaje (CECODAP) Violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes se incrementó entre 2019 y 2021

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